jueves, 27 de agosto de 2015

La mujer zurda

Continuamos con las funciones de cine alemán en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. El miércoles 9 de septiembre a las 20:30 horas proyectaremos La mujer zurda, de Peter Handke, basada en su novela homónima. Será en Austria 2154, con entrada es libre, con colaboración voluntaria.


Miércoles 9 de septiembre - 20:30 horas
LA MUJER ZURDA
(Die linkshändige Frau, Alemania, 1977, color, 119 minutos)
Dirección y guión (sobre su novela homónima): Peter Handke
Producción: Wim Wenders.
Dirección de Fotografía: Robby Müller.
Montaje: Peter Przygodda.
Elenco: Edith Clever, Bruno Ganz, Michel Lonsdale, Gérard Depardieu y Bernhard Minetti.


Después de estar unos días sin verse, una mujer, se encuentra con Bruno, su marido, y le comunica que, durante la primera noche que han vuelto a pasar juntos, ha sentido que deben separarse para que pueda vivir sola con su hijo. Se irá a vivir a Francia, a una gran casa medio vacía y rodeada de trenes, con su hijo, haciendo traducciones para sobrevivir y encaminándose lentamente hacia la locura en su calidad de exiliada alemana en un París contemporáneo y hostil.

"Una película lacónica de Handke, producida por Wim Wenders, que comienza donde El amigo americano nos dejó: en el vacío sonoro del aeropuerto de Roissy. Aquí, la mujer (Edith Clever, excelente en el papel) se encuentra con su marido (Ganz) y, sin razón aparente, lo rechaza en favor de un viaje solitario a través de su propio vacío privado. En su casa, con su hijo, la película registra un doble vuelo de huida y exploración, su redescubrimiento del mundo, su reubicación del cuerpo, la casa y el paisaje. El trabajo emocional es minimalista: silencio, solemnidad, una gracia pictórica abrumadora. La película se convierte en un himno sobre el crecimiento de una mujer en libertad. Un movimiento, engañosamente frágil contemplación de un mundo más allá de las palabras. (Chris Auty, Time Out Film Guide)


En un barrio de París: una mujer de más o menos treinta años ha llevado un matrimonio muy normal; su marido trabaja en una filial de una gran firma europea y se encuentra mucho de viaje. La vida de Marianne y Bruno no es infeliz, y, al menos, la relación de la pareja no se ve recargada por ningunas crisis externas. Una mañana después de una noche pasada juntos en un hotel, cuando Bruno había regresado de un viaje de negocios, Marianne le sorprende con una decisión adoptada aparentemente de una manera espontánea. Ella le exige que se marche y que la deje sola en el futuro con su hijo de ocho años. El hombre accede primeramente esta exigencia sin contradecir; unos intentos posteriores de regresar, hechos más bien con poco entusiasmo, no dan ningún resultado positivo. Con ello empieza la soledad de la mujer, del niño y del hombre. Marianne ha renunciado a su vida cotidiana y a su seguridad; cuidadosa pero decisivamente empieza ella con su propia vida. Ella le comunica a un editor que por fin tendría tiempo de aceptar su oferta y traducir libros del francés; su primer pedido es una traducción de "Un corazón sencillo" de Flaubert. Una vez visita a Bruno en su oficina; otra vez aparece Bruno por la noche en la vivienda de ella y empieza a insultarla. El padre de Marianne, un antiguo escritor, viene de visita y le profetiza: «Terminarás de la misma forma que yo!»

El relato de Peter Handke publicado en 1976 Die linkshändige Frau (La mujer zurda), es, según el autor, la narración de un proyecto cinematográfico que había planeado pero todavía no realizado. "La historia", según Handke, "comenzó con una imagen, en el invierno hace más o menos cinco años. En ese entonces vivía desde algún tiempo en una urbanización de edificios nuevos en el Taunus, al norte de Frankfurt. Fue al anochecer y yo me encontraba al pie de la urbanización; las casas, generalmente objetos en forma de "L", estaban situados en terrazas superpuestas; por detrás comenzaba ya el bosque mixto, que cubría la montaña de unos mil metros hasta la cumbre. En las viviendas ya se encontraban prendidas algunas luces, y por aquí y por allá se veía una mujer; los hombres venían recién más tarde del trabajo en el centro. El cielo todavía no completamente oscurecido, lleno de nubes, claras y grandes; por debajo el bosque castaño y gris; por debajo las casas en forma de cajas con algunas mujeres: era una pertenencia en la heterogeneidad, y en ese momento supe que tenía que contar una historia para la cual se tenía ya presente el cuadro detallado; y el cuadro era también de tal forma que la historia se representaba al mismo tiempo como cuadro. Otras imágenes similares se sumaron; detalles que se juntaban finalmente para el autor con el objeto de constituir una historia que resultaba "tan sorprendente como naturalmente de una trivialidad pequeña y estricta."


Cuando la película arrancó en los cines alemanes, no permaneció indiscutida. Se estaba de acuerdo con la influencia de Wim Wenders (que también había producido esta película) en la dirección de Handke -mientras que antes se había hablado de la influencia del escritor en el director cinematográfico Wenders. Las controversias empezaron en la apreciación de la escenificación. Una parte de la crítica le rerpochó a las imágenes de Handke esterilidad, incluso arte industrial; otra parte encontró notable cómo es que Handke evocaba la sensación de esterilidad, frialdad y perdición en sus escenas. Seguro es que la frialdad distanciada que el autor alude en sus textos frente a las figuras, se puede encontrar también en esta película: las emociones no son discutidas, ni formuladas y son proporcionadas apenas a través de gestos o mímicas: lo que conmueve a las figuras emocionalmente, se comunica más bien en sus acciones efectivas -y no por último en el transcurso muy tranquilo y casi uniforme del tiempo. "Lo que realmento pretendo", declaró Handke, "es la monotonía más intensa.". No en el sentido de aburrimiento, sino al servicio de una concentración ascética en fenómenos elementales.

Así por ejemplo, Handke no se interesa por grandes motivaciones sicológicas. El constata la decisión de la mujer, pero las aclaraciones tienen que originarse recién en las mentes de los espectadores. Recién posteriormente, por ejemplo durante los otros encuentros de la pareja, hay que descubrir referencias. "Nunca", dice Bruno a Marianne, "he visto una mujer que haya cambiado su vida a la larga.". Con ello, el hombre define involuntariamente su propia actitud que la considera él mismo como si fuese una superioridad. Pero las declaraciones propiamente dichas hay que encontrarlas en las imágenes, las cuales se yuxtaponen a veces aparentemente sin ninguna vinculación y, sin embargo, tienen una misteriosa relación. Una vez por la noche, un cuerpo cae en la profundidad sin hacer ningún ruido, por delante de la ventana de Marianne. "El hecho de que la tierra, las personas y las cosas aparezcan en Handke como esqueletizadas, desnudadas de la cercanía e importancia familiares, frías y extrañas, no significa que la mirada que cae sobre ellas sea fría. No obstante, ésta es penetrante, buscadora, absoluta." (Peter Hamm)

Hans Günther Pflaum


Función realizada con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.

Temporada IX / Función 188
Cineclub La Rosa
Austria 2154

"La mujer zurda", primer largometraje de Peter Handke

Compartimos la crítica de Augusto Martínez Torres en el diario El País publicada en la fecha de estreno español de La mujer zurda, nuestro próxima película en el Cineclub La Rosa, el miércoles 9 de septiembre a las 20:30 horas, con proyección en 16mm gracias al Goehte-Institut Buenos Aires.


Hoy se estrena en el cine Alphaville-4, de Madrid, La mujer zurda (1978), primer largometraje del conocido dramaturgo y novelista alemán Peter Handke, relacionado con el mundo cinematográfico por haber colaborado con Win Wenders, que ha producido esta película. Se trata de una minuciosa narración que describe el solitario mundo de una mujer separada con un hijo de diez años. Representó a la República Federal de Alemania en el Festival de Cannes de 1978.

Nacido el 6 de diciembre de 1942, en Griffen (Carintia, Austria), Peter Handke se da a conocer en 1965 con su novela Los avispones, a la que sigue su obra teatral Insultos al público. Desde entonces mantiene una incesante actividad que le lleva a escribir ensayos, radioteatro, poesía y guiones cinematográficos. Entre nosotros es especialmente conocido por sus obras teatrales: Kaspar (1968) y El pupilo quiere ser tutor (1970), montadas por José Luis Gómez. Y por sus novelas El miedo del portero al penalti (1970), publicada por Ediciones Alfaguara, donde ya aparecen las peculiaridades de su personal estilo; Carta breve para un largo adiós (1972), Alianza Editorial, en la que se puede apreciar la influencia del cine y de la novela negra; Cuando desear todavía era útil (1974), Tusquets Editor, breve colección de ensayos, y Desgracia indeseada (1975), Barral Editores, que gira en torno al suicidio de su madre. La amistad de Handke con el director alemán Win Wenders le hace relacionarse con la industria cinematográfica. En 1972, Wenders, tras hacer su larga práctica de fin de carrera, busca financiación para su primera película profesional y consigue que la televisión le coproduzca una adaptación de El miedo del portero al penalti, tercera novela de Handke, que en aquel momento está de actualidad. Aquí, Wenders comienza a interesarse por el característico héroe solitario de Handke, que va de un lugar a otro impulsado por un complejo «miedo al miedo», como dice Félix Winter, el protagonista de Alicia en las ciudades.


Handke interviene en la trilogía, que gira en torno al tema del viaje como forma de conocimiento de lugares y personas, con la que Wenders se da a conocer internacionalmente. La parte que transcurre en Norteamérica de Alicia en las ciudades (1974) está libremente inspirada en Carta breve para un largo adiós (Nota: este libro puede consultarse en el catálogo de la Biblioteca). Y Movimiento falso (1975) se basa en la obra homónima de Handke, que es una adaptación libre de Wilhelm Meister, de Goethe. En 1977, después de hacer El amigo americano, Wenders produce La mujer zurda (Die linkshändige Frau),basada en una obra de Handke publicada en 1976, que supone la perfecta adecuación cinematográfica de su peculiar estilo literario.


La influencia japonesa
Después de estar unos días sin verse, una mujer, Edith Clever, se encuentra con su marido, Bruno Ganz, y le dice que, durante la primera noche que han vuelto a pasar juntos, ha sentido que deben separarse, que tiene que vivir sola con su hijo. Así comienza la minuciosa narración de la soledad,de una mujer separada, aislada del mundo, que vive en una gran casa, medio vacía y rodeada de trenes, con su hijo de diez años; que hace traducciones para sobrevivir y que lentamente se encamina hacia la locura en su calidad de exiliada alemana en un París contemporáneo y hostil. Un día, la mujer, su hijo y un amigo de éste van al cine a ver Coro de Tokio (Tokyo no gasshu), (1931), una de las últimas películas mudas del gran realizador japonés Yasujiro Ozu, recientemente proyectada en la retrospectiva que le ha dedicado la Filmoteca Nacional. En una de las vacías paredes de su casa, una gran fotografía de Ozu preside una habitación.

La mujer zurda es un reflejo, tanto de la particular forma de escribir de Handke, de construir sus personajes solitarios y dispersos como de su gran admiración por la obra cinematográfica de Ozu. En la forma de estar planificada, en la lentitud en que se desarrolla la trama, en la manera de concebir las relaciones entre los personajes, se nota la bien asimilada influencia del maestro japonés.

Con esta primera película, Handke demuestra que sabe lo que quiere y que tiene un claro conocimiento de las técnicas de narración cinematográfica. Por lo que se sitúa entre los grandes creadores del denominado «nuevo cine alemán».

Augusto Martínez Torres
Diario El País de España, 19 de diciembre de 1979

viernes, 14 de agosto de 2015

La vida en obras

Retomamos la programación de nuestra novena temporada con La vida en obras, contundente película de Wolfgang Becker (conocido por Goodbye, Lenin!), ganadora de una Mención de Honor en el Festival de Berlín. La proyectaremos en 16mm, gracias al Goethe-Institut, el miércoles 26 de agosto en nuestro nuevo horario de las 20:30, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.
Miércoles 26 de agosto  - 20:30 horas
LA VIDA EN OBRAS
(Das Leben ist eine Baustelle, Alemania, 1997, color, 118 minutos)
Dirección: Wolfgang Becker.
Guión: Wolfgang Becker y Tom Tykwer.
Dirección de Fotografía: Martin Kukula.
Montaje: Patricia Rommel.
Música: Jürgen Knieper y Christian Steyer.
Elenco: Jürgen Vogel, Christiane Paul, Ricky Tomlinson, Armin Rohde, Martina Gedeck, Meret Becker, Christina Papamichou, Rebecca Hessing, Andrea Sawatzki, Peter Gavajda, Ingeborg Westphal


Berlín en invierno: el joven Jan Nebel se mete por casualidad en una pelea entre manifestantes y la policía, además de perder su puesto de trabajo le imponen una multa. Su padre muere y su nueva novia, Vera, le acompaña a velar al difunto. Una película provocante y cómica sobre los sentimientos y la actitud hacia la vida de la nueva generación de una gran ciudad. 


Berlín en invierno. Manifestantes y policía se preparan para una noche de batallas callejeras; Jan Nebel, recién salido de la cama de Sylvia, se dirige a su trabajo en una carnicería cuando ve que dos hombres van persiguiendo a una joven mujer. Jan les ataca sin saber que se trata de detectives civiles. La noche tiene secuelas para Jan: además de tener que pagar una multa, pierde su trabajo y probablemente el gran amor de su vida. Jan, el cual espontáneamente pretendía ayudar a Vera, se seguirá encontrando con ella siempre por las noches, para constatar cada mañana que la amada ha vuelto a desaparecer.

Jan vive con su hermana. Sylvia tiene una hija y un novio el cual no siente simpatía por la pequeña Jenny. Parece como si las malas relaciones en familia fueran una enfermedad hereditaria. Los padres de Jan y Sylvia viven separados desde hace mucho tiempo. De vez en cuando Jan visita a su padre y juega con él al ajedrez. Un día Jan se presenta en casa de su padre con la intención de pedirle apoyo económico y encuentra al viejo rígido sobre la mesa de la cocina, con el rostro en el plato de comida y el televisor encendido.

Para Jan las cosas van de mal en peor. La muerte del padre, la pérdida del puesto de trabajo, la amenaza de que le detengan si no consigue pagar la multa. Pero las cosas no paran ahí: el amigo de Moni está enfermo del SIDA y Jan había dormido una vez con Moni. Jan teme haberse contagiado y no se atreve a hacer el análisis de comprobación. No obstante, probablemente esta serie de catástrofes tenga también su lado positivo: en su último día de trabajo en la carnicería Jan se gana la amistad de Buddy; los problemas con la policía le hacen conocer a Vera; la muerte del padre le pone a disposición su propio apartamento y probablemente el temor al SIDA le ayude a organizar un poco su vida.


Das Leben ist eine Baustelle: el título de esta película se debe de entender de manera programática: se trata de conceptos de la vida todavía no maduros, de reacciones a daños, de correcciones a proyectos de carácter provisional y de frágiles situaciones en la vida cotidiana. Las imágenes de las obras que atraviesan la historia como un leitmotiv tienen un valor simbólico. Los personajes de la película todavía no han encontrado un modo de acomodarse a este mundo poco acogedor. La película de Wolfgang Becker revela los sentimientos de una joven generación alemana en la segunda mitad de los sesenta más que cualquier otro éxito humorístico.

Esta historia se relata más bien en tono cómico y con ello el director logra realizar una obra de arte que sólo conocemos del cine británico. Esta es la historia de miseria material y psíquica, de pérdida del hogar y de tristeza, nunca quejumbrosa y cuya enérgica fuerza de voluntad no se ve empequeñecida por el cómico tono concomitante, sino que se enfrenta a la situación ofreciendo resistencia. El hecho de que se hayan empleado medios drásticos para escenificar tanto el sexo como el trabajo o la muerte, se debe de entender como protesta contra la levedad y candidez con las cuales el cine alemán de los años noventa desceba esta clase de conflictos. En Das Leben ist eine Baustelle se provoca sin temor tal cual lo hacía la generación del "nuevo cine alemán" en los años setenta.



La levedad con la cual Jan entra en conflicto con la policía y es condenado debería ya irritar a una parte del público. De manera casi incidental, Wolgang Becker nos revela también la degeneración de la televisión, con el Quiz en el cual los candidatos deben de adivinar el título de películas de horror al oír los gritos de las víctimas y con un concurso de talento de máxima idiotez. La película trata la ligereza en las relaciones sexuales, la disolución de las estructuras familiares, el paro, problemas de vivienda y el temor al SIDA representando esta enfermedad de manera omnipresente en toda la película. El otro mundo, poblado de hoteles de lujo y de tiendas con caros productos o el exquisito bufet de un "congreso médico" queda ahora totalmente fuera del alcance de Jan. Solamente Vera sigue traspasando los límites sin temor e impide a Jan siga sin querer saber si se ha contagiado o no.

Con la llegada de la griega que anda extraviada por Berlín en busca de su hermano, Wolfgang Becker y su coautor han cargado a la historia con un volumen de problemas casi enciclopédico. En la segunda parte de la película esta carga inhibe hasta cierto punto el flujo narrativo de la historia. El hecho de que la historia no se detenga se debe a la vivacidad, a la expresión y a la cantidad de matices que proporcionan los protagonistas y al ojo escenográfico del director: Das Leben ist eine Baustelle reproduce también una imagen de lugares desconocidos Berlín, la gran metrópolis. Es un cuadro morboso, pero lleno de contradicciones y de vida.

Hans Günther Pflaum


Función realizada con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.

Temporada IX / Función 187
Cineclub La Rosa
Austria 2154

jueves, 13 de agosto de 2015

Vuelve el Cineclub

Tras un parate circunstancial, muy pronto retomaremos las funciones de la novena temporada del Cineclub La Rosa.