lunes, 24 de octubre de 2011

De prisiones y trabajadores

Comenzamos el ciclo dedicado a Harun Farocki con dos películas en las que el foco está puesto en la resignificación de las imágenes que nos ofrecen las cámaras de vigilancia carcelarias y la historia del cine retratando a los obreros: Imágenes de prisión y Trabajadores saliendo de la fábrica. Será el miércoles 2 de noviembre a las 20 horas, con entrada libre y colaboración voluntaria, en Austria 2154.


Miércoles 2 de noviembre - 20 horas
IMÁGENES DE PRISIÓN
(Gefängnisbilder, Alemania, 2000, color / blanco y negro, 60 minutos)
Dirección y Guión: Harun Farocki.
Producción: Harun Farocki Filmproduktion Berlin, Movimento Paris, Christian Baute.
Cámara: C. Lee Crane e Ingo Kratisch.
Montaje: Max Reimann.
Sonido: Louis van Rooky.

¿Cómo se ha retratado la cárcel en 100 años de historia del cine? ¿Qué imágenes produce la cárcel por sí misma en las cámaras de seguridad y videos de formación para el personal de vigilancia? El centro penitenciario aparece en las películas de Farocki como un laboratorio antropológico en el que se estudia la vida y la muerte a través de los ojos de la cámara.

Diferentes películas han mostrado la cárcel como un lugar del que hay que escaparse como en las películas de fugitivos o que, debido a su limitado espacio, haya que dramatizar como en un teatro de ensayo. Gefängnisbilder puede referirse también a imágenes documentales que se producen en la cárcel misma: grabadas por medio de cámaras de vigilancia, los vídeos de formación para el personal de seguridad o el material visible de los programas de reconocimiento de imagen que informan sobre la posición exacta del preso.

La película de Harun Farocki, que recoge y amplía material de la videoinstalación Ich glaubte, Gefangene zu sehen (Creía ver prisioneros), relaciona ambos tipos de imágenes, imágenes del cine e imágenes del servicio penitenciario. Tras Arbeiter verlassen die Fabrik (Trabajadores saliendo de la fábrica, 1995) y Der Ausdruck der Hände (La expresión de las manos, 1997), Gefängnisbilder es la tercera película de Farocki que se dedica a la “expresión cinematográfica” y a su iconografía, economía y política. Las dos películas anteriores se vuelven a encontrar aquí. La puerta de la cárcel recuerda la puerta de la fábrica, y durante su encarcelamiento, a los reos se les enseñarán trabajos artesanales que se supone que los hará mejores moralmente.

Las secuencias que cita la película, que proceden exclusivamente del cine europeo: Un condenado a muerte se escapa, de Robert Bresson, Un Chant d’amour (Canción de amor) de Jean Genet e Im Namen des Gesetzes (literalmente En nombre de la ley) de Meter Weiss son los puntos de referencia centrales a los que Farocki vuelve reiteradamente. A pesar de todo se atiene a su diagnóstico interés por la presencia de las cárceles de los EEUU a finales del siglo XX. El aumento continuo de la población que está en prisión, a pesar del retroceso del índice de criminalidad hace pensar en la prohibición de los años 20-30. Junto a las nuevas cárceles esta realidad construye también un nuevo régimen de imágenes y paisajes. Farocki las orienta en la tradición de entender la cárcel como un laboratorio del comportamiento humano, un centro de investigación antropológico y técnico, en el que se analizarán tanto la conducta humana como la posibilidad de manipularla y condicionarla.

Al igual que en los temas de producción, destrucción (Erkennen und Verfolgen; Reconocer y perseguir; 2003) y consumo (Schöpfer der Einkaufswelten; Los creadores de los mundos de compras; 2001), también aquí se mostrará una parte de los mecanismos de control durante el cumplimiento de la pena que regulan los procesos sociales, bien con posterioridad por medio de la vigilancia, o bien de modo prescriptivo, por medio del reconocimiento de imágenes.

La imagen más intensa proviene de una cámara de vigilancia de la cárcel de alta seguridad de Corcoran, California. En imágenes movidas y mudas se pueden ver dos presos en actitud rival, que se lanzan el uno sobre el otro en el patio y empiezan a pelear. Después de un intercambio de golpes se ve en primer plano humo que asciende: un vigilante disparó y alcanzó a uno de los implicados. Pasan nueve interminables minutos hasta que se llevan el cuerpo, ya muerto, en una camilla.

En un momento, en el que es posible el control por medo de GPS y esposas para los pies, este acto de violencia directa constituye un residuo de la práctica abierta del poder disciplinario. Hoy, así lo sugiere la película de Farocki, podríamos haber llegado a un límite: la sociedad disciplinada descrita por Michel Foucault que imperó durante el siglo XIX y gran parte del XX, será relevada por la sociedad de control (Pilles Deleuze), que gracias a sus sistemas de vigilancia electrónicos ya no está condicionada a un lugar fijo.

Aquí, como en otras películas de Farocki desde los años 90, se puede reconocer también la urgencia de mostrar las “imágenes operativas” que en cualquier caso de manera involuntaria son susceptibles de análisis, para mostrar y hacer con ello una crítica.

Volker Pantenburg

TRABAJADORES SALIENDO DE LA FÁBRICA
(Arbeiter verlassen die Fabrik, Alemania, color / blanco y negro, 1995, 36 minutos)
Dirección y guión: Harun Farocki.
Producción: Harun Farocki Filmproduktion Berlin, WDR Köln, con ayuda de ORF, Wien, Dr. Heinrich Mis, LAPSUS, Paris, Christian Baute, DRIFT, New York, Chris Hoover.

Partiendo de una de las primeras históricas películas de los hermanos Lumière, Harun Farocki recopila escenas de 100 años de la historia del cine que tratan el tema "Trabajadores saliendo de la fábrica". Extrae de las imágenes las reflexiones sobre la iconografía y la economía de la sociedad de trabajo, pero también del cine en sí mismo.

Una de las primeras películas de la historia del cine, que muestra a unos trabajadores que abandonan una fábrica, fue concebida para la elaboración de un artículo fotográfico para la “Société Anonyme des Plaques et Papiers Photographiques A. Lumière et ses Fils” en Lyon. Las mujeres y los hombres cruzan la puerta en grupo antes de desparecer simultáneamente por la derecha e izquierda de la imagen.

Esta película, que no llega al minuto de duración y que está rodada desde un solo plano, al igual que la mayoría de las películas de los hermanos Lumière, marca el nacimiento de la cinematografía. Para Harun Farocki es, a la vez, el punto de partida de un estudio iconográfico, para el que realiza un montaje relacionando una multitud de variantes de este “tópico cinematográfico“ y que comenta una voz en off. En el centenario del medio cinematográfico deja que las imágenes hablen por sí mismas y combina por medio del metraje encontrado material recopilado de películas, documentales, noticiarios semanales: Marylin Monroe, a la que recoge su novio después del trabajo en Clash by Night (Encuentros en la noche) de Fritz Lang; grupos de combate de la clase trabajadora de la RDA que salen de la fábrica, un coche de megafonía del sindicato IG Metall, que intenta hacer propaganda con música de Ernst Busch entre los escépticos trabajadores de la empresa Volkswagen en Emden en los 70; un esquirol en Desertir (El desertor) de Pudovkin que se queda atrapado bajo el peso de las cajas que están siendo descargadas en el puerto de Hamburgo, y al que los trabajadores observan con desconfianza.

Farocki no escogió por casualidad la puerta de la fábrica como escenario. Es un punto de intersección entre un lugar de producción destinado a ganar dinero y un lugar público. Más bien fue conducido hasta aquí por su continuo interés por los procesos de trabajo y la representación de estos por medio de imágenes. ¿Cómo puede ser?, se pregunta, ¿que la historia cinematográfica de la fábrica se haya quedado en un segundo plano? ¿Quizás ha empezado demasiado tarde el cine, que es un medio que depende de lo visual, a documentar los procesos de trabajo, cuyos procesos manuales visibles se han visto claramente disminuidos y escondidos en el siglo XX?

El modelo para este tipo de trabajo de recopilación, sistematización y combinación son los diccionarios en los que consta la historia de una palabra, así como su significado y uso. Arbeiter verlassen die Fabrik es la primera “entrada” en este „archivo de expresiones cinematográficas”, para el que surgieron en los 90 otros trabajos como Der Ausdruck der Hände (La expresión de las manos; 1997) y Gefängnisbilder (Imágenes de prisión; 2000).

En su película, Farocki retoma en varias ocasiones la película de los hermanos Lumière, que sería algo así como la primera palabra del lenguaje metafórico del cine. Contando con los conocimientos proporcionados por cien años de historia del cine ya se pueden sacar muchas cosas de la película de 1895: qué sencilla parece la fábrica y qué poco muestra en sus imágenes del poder de la industria y de los trabajadores. Qué rápido se mueven los trabajadores y trabajadoras para pasar del trabajo a la vida privada.

La puerta de salida de la fábrica se convertirá en un lugar dramático a causa de la lucha laboral. El enfrentamiento entre los trabajadores y los industriales, pero también entre los huelguistas y los esquiroles, marca las líneas de los conflictos sociales y económicos, que permanecen invisibles en el día a día del trabajo. En una película de D.W. Griffith se expresa esto mismo con imágenes que parecen de una guerra civil. En una representación de la Mutter Courage (Madre Coraje) de Brecht, que Farocki deja sin comentar, declama el coro que canta su reivindicación: “Bien, aquí está el trozo de pan, pero ¿dónde está la barra entera?”, y el capataz responde: “Entonces huelga”.

Arbeiter verlassen die Fabrik es una sucesión de lecturas concretas de imágenes. Farocki extrae de las imágenes un conocimiento revelado de la sociedad, sin subordinarse a la lectura de una interpretación forzada. En este punto la película ejemplifica el proceder de Farocki, les adjudica a las imágenes en sí un potencial argumentativo. Durante el montaje deja que se encaminen a lo que expresan en sí mismas: de la formación de marcha en la que están entrenados los trabajadores de Siemens, llega a Metropolis de Lang con sus formaciones en fila; del conocido tema de la huelga a una propaganda que anuncia la seguridad de las fábricas por medio de medidas de seguridad que se elevan automáticamente. Tanto en Gefängnisbilder como en Arbeiter verlassen die Fabrik se trata la semejanza entre la salida de la fábrica y la puerta de una cárcel y la afinidad de ambas arquitecturas: “Donde una vez hubo una cámara, hay ahora cientos de miles de cámaras de vigilancia”.

La película apareció en 1995, año del primer centenario del nacimiento del cine. Para una exposición que tuvo lugar a principios de 2006 en la Wiener Genérale Foundation, Farocki continuó el tema de Arbeiter verlassen die Fabrik y mostró otras realizaciones sobre el asunto.

Volker Pantenburg

Este ciclo cuenta con la colaboración del Goethe-Institut.
Temporada 5 / Función 96
Cineclub La Rosa
Austria 2154

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