lunes, 20 de julio de 2009

Falleció Alberto Farina

El periodista, historiador y crítico cinematográfico Alberto Farina falleció hoy en la ciudad de Buenos Aires. Gentil amigo, compartió su sabiduría con todos los que supimos conocerlo y tratarlo. En el Cineclub La Rosa presentó su corto sobre Paquita Bernardo.

Durante una charla en el XI Festival Internacional de Punta del Este

Una tristísima noticia nos sorprendió esta mañana, cuando nos enteramos del fallecimiento de Alberto Farina. No sólo se trataba de un excelente periodista, crítico, historiador y entusiasta de todo lo referido al cine y su mundo, sino que era una persona extraordinaria y llena de bonhomía, sin amagues ni medias tintas para compartir su amistad ni su conocimiento.

Como periodista se desempeñó durante muchos años en "El Cronista Comercial", y últimamente colaboraba en la revista "Ñ" de Clarín, además de ciclos televisivos y radiales que lo tuvieron como columnista y conductor.

Tenía apenas 53 años y aunque había nacido en Montevideo, Uruguay, el 10 de mayo de 1956, su pasión por Buenos Aires, donde vivió desde los ocho años, lo hacía un ciudadano de "las dos orillas", de donde obtuvo su amor al tango. De este lado, supo encariñarse con Villa Crespo y se hizo fanático de su querido Atlanta. Al barrio, al club, a la ciudad y a la música, le dedicó con entusiasmo su cortometraje "Paquita, la flor de Villa Crespo", que rendía homenaje a Paquita Bernardo (1920-1925), primera bandoneonista de la historia del tango. Alberto lo presentó en el Cineclub La Rosa con la pasión de siempre hace poco más de dos años, el sábado 16 de julio de 2007, en una hermosa noche de amistad.

Emiliano Penelas y Alberto Farina, en el Festival Piriápolis de Película, 2007

Tuve la suerte de tenerlo como profesor de Historia del Cine en el viejo CERC (hoy ENERC), Escuela dependiente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, donde trabajó hasta último momento. Luego del vínculo, que nunca fue distante, entre profesor y alumno, fui su amigo, compartiendo viajes al Uruguay, festivales y momentos donde el cine, el fútbol, la orientalidad y lo porteño se entremezclaban sin importar el orden de la charla.

Cuando su enfermedad, repentina e implacable, se empeñaba en hacer mella en su físico, aún conservaba la entereza de realizar un nuevo esfuerzo y concurría a dar clases, a pesar de todo. La última vez que lo vi, junto a Graciela Taquini, en un día de clases, todavía soñaba con compartir unos días en su nueva casa recién terminada en Colonia.

Nos vemos por ahí. Un abrazo, Alberto.

Emiliano Penelas