Miércoles 25 de marzo - 20 horas
ARTISTAS BAJO LA CARPA DEL CIRCO: PERPLEJOS
(Die Artisten in der Zirkuskuppel: ratlos, Alemania, 1968, blanco y negro, 103 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge.
Dirección de fotografía: Guenter Hoermann y Thomas Mauch.
Montaje: Beate Mainka-Jellinghaus.
Leni Peickert es la hija de un artista que ha perecido en el circo. Ella se propone fundar su propio circo, un circo que sea digno de un muerto.
Leni quiere mostrar a los animales como son auténticamente, no amaestrados, no como personas disfrazadas. Y los artistas deben exhibir sus proezas no como fruto de arte de magia, sino como una explicación de las leyes físicas.
Leni Peickert comprende que no podrá seguir siendo artista y simultáneamente empresaria libre. Solamente como capitalista podrá operar algún cambio. Compra animales, contrata a colaboradores, hace deudas. Pero no halla apoyo, pues solamente hace lo que quiere, y así es como aún antes del inicio de la temporada circense tiene que declararse insolvente.
Pero entonces muere inesperadamente su amiga Gitti, una millonaria. Leni es su heredera universal. Ahora sí puede llevar a la práctica su idea del circo reformado. Se propone ligar las posibilidades de la literatura con la destreza del circo. Pretende conferirle un sentido a las proezas que se presentan en el circo. Sin embargo, las reacciones de sus colaboradores le hacen percatarse ya antes del estreno de que el circo reformado es algo que se queda en la abstracción. Con el fin de no poner en peligro la utopía en la que ella cree, suspende la sesión inaugural.
Con el dinero restante intenta empezar de nuevo en la sección técnica de la televisión, con el fin de eximirse de la dependencia de la redacción. En sus conatos de reforma choca con Korti, el fiscal del estado en el departamento de moral pública. El sofocará en germen el afán de innovaciones, a no ser que también él quede afectado por la revolución.
Kluge había narrado en ABSCHIED VON GESTERN una historia ininterrumpida y asegurado su desarrollo cronológico. En DIE ARTISTEN el espectador se quedó perplejo: a veces se utilizaba la película en color, otras veces, en blanco y negro; la discontinuidad de la narración era manifiesta, se inician escenas que luego no se desarrollan por completo; ocasionalmente, el sonido se superpone en la siguiente escena, creando así un mosaico cuyas piezas individuales parecen a primeramente totalmente desordenadas y oprimiéndose mutuamente. Resultan frecuentemente típicas las cuestiones planteadas que quedan sin respuesta al cambiar a la escena siguiente. Kluge logra con estos ataques al centro estimulante del espectador que mantenga despierta la atención y que con tanta mayor fruición saboree los pulidos textos del autor.
En una entrevista afirmó Kluge respecto a DIE ARTISTEN que existía una teoría, según la cual el filme no se producía en la pantalla sino en la cabeza del espectador. La estructura heterogénea del filme se adecua a esta teoría: el orden tiene que realizarse en la mente del espectador, pero primordialmente el asunto sobre el que trata el filme. En efecto, el tema del filme no es naturalmente, desde luego, el circo o el circo reformado. El circo, bien sea por reflejar como un microcosmos la totalidad de la sociedad, como pensaba el crítico francés Marcel Martin, o bien sea entendido como una parábola de la dificultades del artista en la sociedad, lo cierto es que no colma en Leni Peickert sus ideas sobre la vida y el trabajo. Ella quería triunfar donde su padre había caído muerto. Al final, reconoce también ella su fracaso.
Leni es feliz en la creación de su entorno, en la planificación del circo reformado. En el momento en que, gracias a la herencia millonaria, más próxima se halla de su meta, desiste y "emprende un nuevo intento" en la televisión, otro circo reformado... O sea, que no se rinde, sino que únicamente cambia su táctica frente a la sociedad.
La película de Kluge es una parábola sobre la sociedad y la situación del artista en la sociedad. Irónicamente, presenta a estos artistas como directores de circo, pues la presunta reunión de directores circenses no es otra cosa que una asamblea anual, probablemente la última, del llamado "Grupo (literario) 47" en Franconia, y se reconoce, entre ellos, a Hans Mayer, Werner Richter, Günther Herburger y a otros. Kluge posee evidentemente el don para hallar actrices inteligentes y simultáneamente sensuales. Hannelore Hoger interpreta admirablemente su papel. Es todo vida. Y representa así un polo contrario al ingenioso y lingüísticamente agudo mundo de Kluge.
Elenco: Hannelore Hoger, Sigi Graue, Alfred Edel, Bernd Höltz, Eva Oertel, Kurt Jürgens,Gilbert Houcke, Wanda Bronska-Pampuch, Herr Jobst, Hans-Ludger Schneider.
La directora de circo Leni Peikert trata de montar el circo del futuro, en el que los animales no aparezcan con ropajes sino completamente al natural y los artistas ya no exhiban artes de magia sino que expliquen las leyes físicas. El desarrollo de esta utopía tropieza, sin embargo, con una cadena interminable de obstáculos... León de Oro en el Festival de Venecia.
Leni Peickert es la hija de un artista que ha perecido en el circo. Ella se propone fundar su propio circo, un circo que sea digno de un muerto.
Leni quiere mostrar a los animales como son auténticamente, no amaestrados, no como personas disfrazadas. Y los artistas deben exhibir sus proezas no como fruto de arte de magia, sino como una explicación de las leyes físicas.
Leni Peickert comprende que no podrá seguir siendo artista y simultáneamente empresaria libre. Solamente como capitalista podrá operar algún cambio. Compra animales, contrata a colaboradores, hace deudas. Pero no halla apoyo, pues solamente hace lo que quiere, y así es como aún antes del inicio de la temporada circense tiene que declararse insolvente.
Pero entonces muere inesperadamente su amiga Gitti, una millonaria. Leni es su heredera universal. Ahora sí puede llevar a la práctica su idea del circo reformado. Se propone ligar las posibilidades de la literatura con la destreza del circo. Pretende conferirle un sentido a las proezas que se presentan en el circo. Sin embargo, las reacciones de sus colaboradores le hacen percatarse ya antes del estreno de que el circo reformado es algo que se queda en la abstracción. Con el fin de no poner en peligro la utopía en la que ella cree, suspende la sesión inaugural.
Con el dinero restante intenta empezar de nuevo en la sección técnica de la televisión, con el fin de eximirse de la dependencia de la redacción. En sus conatos de reforma choca con Korti, el fiscal del estado en el departamento de moral pública. El sofocará en germen el afán de innovaciones, a no ser que también él quede afectado por la revolución.
Kluge había narrado en ABSCHIED VON GESTERN una historia ininterrumpida y asegurado su desarrollo cronológico. En DIE ARTISTEN el espectador se quedó perplejo: a veces se utilizaba la película en color, otras veces, en blanco y negro; la discontinuidad de la narración era manifiesta, se inician escenas que luego no se desarrollan por completo; ocasionalmente, el sonido se superpone en la siguiente escena, creando así un mosaico cuyas piezas individuales parecen a primeramente totalmente desordenadas y oprimiéndose mutuamente. Resultan frecuentemente típicas las cuestiones planteadas que quedan sin respuesta al cambiar a la escena siguiente. Kluge logra con estos ataques al centro estimulante del espectador que mantenga despierta la atención y que con tanta mayor fruición saboree los pulidos textos del autor.
En una entrevista afirmó Kluge respecto a DIE ARTISTEN que existía una teoría, según la cual el filme no se producía en la pantalla sino en la cabeza del espectador. La estructura heterogénea del filme se adecua a esta teoría: el orden tiene que realizarse en la mente del espectador, pero primordialmente el asunto sobre el que trata el filme. En efecto, el tema del filme no es naturalmente, desde luego, el circo o el circo reformado. El circo, bien sea por reflejar como un microcosmos la totalidad de la sociedad, como pensaba el crítico francés Marcel Martin, o bien sea entendido como una parábola de la dificultades del artista en la sociedad, lo cierto es que no colma en Leni Peickert sus ideas sobre la vida y el trabajo. Ella quería triunfar donde su padre había caído muerto. Al final, reconoce también ella su fracaso.
Leni es feliz en la creación de su entorno, en la planificación del circo reformado. En el momento en que, gracias a la herencia millonaria, más próxima se halla de su meta, desiste y "emprende un nuevo intento" en la televisión, otro circo reformado... O sea, que no se rinde, sino que únicamente cambia su táctica frente a la sociedad.
La película de Kluge es una parábola sobre la sociedad y la situación del artista en la sociedad. Irónicamente, presenta a estos artistas como directores de circo, pues la presunta reunión de directores circenses no es otra cosa que una asamblea anual, probablemente la última, del llamado "Grupo (literario) 47" en Franconia, y se reconoce, entre ellos, a Hans Mayer, Werner Richter, Günther Herburger y a otros. Kluge posee evidentemente el don para hallar actrices inteligentes y simultáneamente sensuales. Hannelore Hoger interpreta admirablemente su papel. Es todo vida. Y representa así un polo contrario al ingenioso y lingüísticamente agudo mundo de Kluge.
Texto: Goethe-Institut
Cineclub La Rosa
Austria 2154
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