Sin lugar a dudas la llegada de Los Beatles a Estados Unidos significó un antes y un después en la historia del rock. Por un lado, desataron un furor y provocaron un revuelo nunca antes visto en aquél país: el fenómeno que ya era conocido en Inglaterra y parte de Europa como “Beatlemanía” (bautizado así por un titular del diario Daily Mirror) cruzaría sus fronteras para instalarse en Norteamérica y en el mundo.
Por otro lado, la magnitud del éxito logrado allí por Los Beatles, dio origen a la denominada “Invasión británica”, ayudando a otras bandas (como los Rolling Stones o The Who) a copar el mercado americano, que hasta ese entonces había permanecido impenetrable para formaciones extranjeras. Como si todo esto fuera poco, además hicieron de la industria discográfica inglesa, una de las más fuertes a nivel mundial.
Previo a la partida de los Beatles hacia Nueva York, la banda disfrutaba de un éxito total en su país (poco tiempo antes habían tocado inclusive para la realeza) y venían de triunfar en Suecia y en Francia.
Pero los “fab four” sabían que para dar el gran salto tenían que hacer lo que ninguna formación de origen británico había logrado hasta el momento: triunfar en la “meca de la música” que para ellos suponía Norteamérica.
A su vez, eran conscientes de que grandes estrellas británicas como Cliff Richard habían pasado sin pena ni gloria por aquél país, compartiendo cartel con bandas locales de segunda categoría.
Por eso mismo decidieron informarle a su manager, Brian Epstein que hasta no tener un número uno en los charts norteamericanos no viajarían a aquel país. Una decisión en principio riesgosa, pero finalmente acertada.
En el ínterin del concierto brindado al Orden Real y la gira por Francia, Epstein emprendió su viaje a Estados Unidos en búsqueda de un sello discográfico que esté dispuesto a difundirlos. La filial americana de los estudios EMI, Capitol Records se negaba a difundir los simples “Please please me” y “She loves you” que ya habían logrado el primer puesto en el Reino Unido. Brian consiguió dos pequeños sellos que los aceptaron: VJ y Swan respectivamente. Pero ambas canciones desaparecieron tan pronto como fueron distribuidas.
El manager de la banda sin embargo tenía una carta bajo la manga: sabía del poder de la televisión y del impacto que habían logrado los Beatles en el programa inglés “Sunday night at the Palladium” siendo vistos por quince millones de personas. Sabía también que el programa más visto en Estados Unidos en 1963 había sido el “Ed Sullivan Show” y que el mismo Sullivan era un empresario sagaz, capaz de ser el presentar a la banda por primera vez en Estados Unidos, aunque fuese solo por curiosidad.
Sullivan recordaba además haber estado presente en el aeropuerto de Heathrow junto al Primer Ministro Edward Heath el día que los Beatles llegaron de Suecia y fueron recibidos en su país por miles de seguidores, algo que llamó poderosamente la atención del famoso conductor de televisión, sumado a la información que le brindaban sus fuentes acerca de las hazañas de los Beatles, todo parecía indicar que era el momento para contratarlos y tenerlos en su programa.
En una reunión con el yerno de Sullivan, Bob Precht, quien también era productor del programa, este último le explicó diplomáticamente a Epstein que la idea de la producción era contratarlos para una única presentación, como una especie de novedad.
Pero el manager de los Beatles se rehusó. Sabía que Ed Sullivan era el mejor, pero ellos también lo eran. Finalmente llegaron a un acuerdo extraordinario: Los Beatles no encabezarían uno sino ¡tres programas consecutivos!
Entonces, con el contrato firmado con Ed Sullivan en el bolsillo, Epstein se dirigió nuevamente a Capitol Records. Allí les hizo escuchar el último single de Los Beatles “I want to hold your hand” el cual, según explicó, había sido compuesto teniendo en cuenta el sonido norteamericano, y que conjuntamente con la presentación de la banda en el “Ed Sullivan Show” podría llegar a tener tanto éxito en Estados Unidos como en Inglaterra. A regañadientes un director de operaciones de Capitol aceptó distribuir el single, sobre una base limitada y que sería puesto en circulación a fines de diciembre de 1963.
Epstein regresó a Londres totalmente satisfecho con los tratos conseguidos en Norteamérica, a mediados de noviembre. Tan sólo una semana después sería asesinado John F. Kennedy, conmoviendo al país y al mundo. Hacia fines de aquél año la nación estaba destrozada por semejante suceso y ansiaba algo que les levante el ánimo. Nadie esperaba que fuese un grupo musical pop.
“I want to hold your hand” fue puesta en circulación el 26 de diciembre. Para el 18 de enero de 1964 se hallaba en el puesto cuarenta y cinco de las listas de venta de Billboard. Casi instantáneamente se televisaron unos minutos de película (filmados en Inglaterra) en el programa de Jack Paar, lo que significó la primera aparición de Los Beatles en la televisión norteamericana. Una semana después de haber sido televisado ese clip, “I want to hold your hand” saltaba al tercer puesto, y a la semana siguiente era el primero.
Los Beatles, quienes se encontraban en su serie de presentaciones en el teatro Olimpia de París, recibieron la gran noticia mediante un telegrama. Se les comunicaba que en los últimos cinco días se habían vendido un millón y medio de ejemplares. Inclusive en Estados Unidos mismo, donde se suponía que un disco de éxito alcanzara un máximo de doscientas mil ventas, las cifras eran totalmente desproporcionadas. Un álbum, “Meet The Beatles” (Conozca a Los Beatles) fue editado y llevado a las tiendas de discos norteamericanos a toda prisa, y de la noche a la mañana pasó a ser el LP más rápidamente vendido en toda la historia norteamericana de las grabaciones.
Los Beatles consiguieron lo que hasta el momento había sido imposible para todas las bandas británicas: conquistaron Estados Unidos. Nada volvería a ser igual para ellos al pisar por primera vez el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York el 7 de febrero de 1964. A excepción de Lindbergh, nadie había sido recibido jamás por tanta gente y con tanta euforia. Los documentalistas y hermanos Albert y David Maysles fueron contratados para registrar cada momento de la banda en aquél país: en hoteles y clubes nocturnos, en sesiones fotográficas, conferencias de prensa, viajando en limusinas y trenes, lo cual es una verdadera joya para los admiradores de Los Beatles.
Este maravilloso documental que registra un momento épico en la historia del rock incluye las tres presentaciones realizadas para el “Ed Sullivan Show” (la primera de ellas batiendo record absoluto de audiencia, con 73 millones de espectadores) además de su concierto debut en el Coliseo de Washington.
Afortunadamente, una vez finalizada la gira por Estados Unidos, Los Beatles regresaron a su país con una tremenda confianza en sí mismos, y en lugar de conformarse con el éxito allí obtenido, seguirían batiendo records y trabajando para regalarnos la música más extraordinaria del Siglo XX.
Cristian Nicolás García
Especial para Cineclub La Rosa
The Beatles: la primera visita a los Estados Unidos, se proyectará en el Cineclub La Rosa el viernes 7 de enero de 2011 a las 20 horas. Para más información haga click acá.
1 comentario:
te banco doctor! a ver cuando nos deleitas con otros temas igual de interesantes pero mas controversiales!
un beso, tu futura colega Tati!
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