miércoles, 16 de septiembre de 2015

Pasto de dragones

Primera función dedicada al director alemán Jan Schütte con Pasto de dragones, que proyectaremos en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Ausria 2154.


Miércoles 30 de septiembre - 20:30 horas
PASTO DE DRAGONES

(Drachenfutter, Alemania, 1987, blanco y negro, 79 minutos)
Dirección: Jan Schütte.
Guión: Jan Schütte, Thomas Strittmatter
Dirección de Fotografía: Lutz Konermann
Sonido: Ernst Hermann Marell
Montaje: Renate Merck
Música: Claus Bantzer
Elenco: Bhasker, Ric Young, Buddy Uzzaman, Ulrich Wildgruber, Wolf-Dieter Sprenger, Frank Oladeinde, Louis Blaise Londolz.


Shezad, fugitivo paquistaní, busca su felicidad en Hamburgo. Por la noche vende rosas en los bares y por el día vaga por las calles de la ciudad buscando empleo. Trabaja en un restaurante chino y sueña con abrir un local propio junto con Xiao, el camarero.


Shezad es un refugiado paquistaní, que trata de probar suerte en Hamburgo. Por las noches vende rosas en los bares. Durante el día, anda de un lado para otro por la ciudad tratando de buscar un empleo. En un restaurante chino empieza a trabajar entonces como lavador de platos y ayudante de cocinero.

Xiao, el camarero del restaurante, y Shezad sueñan con tener un local propio. Herder, el portero de la residencia de asilados, en la cual vive Shezad, ha realizado marginalmente actividades ilegales como intermediario de refugiados y ahora es él quien tiene que refugiarse de la justicia trasladándose al extranjero. Shezad asume la tarea de Herder, de traer a refugiados paquistaníes desde Berlín-Oriental al Oeste. De esta forma se procura él por conductos no totalmente legales dinero para financiar el proyectado restaurante. Y así es como se cumple efectivamente el sueño de Shezad y de Xiao. Sin embargo, el día mismo en que ambos abren el restaurante, el asunto termina de modo diferente a como habían pensado. Al igual que antes le sucediera a un amigo de Shezad, también ahora se le deniega a él la prórroga del permiso de residencia. Llega la policía, con objeto de expulsar a Shezad del país; Xiao se queda sólo.

"DRACHENFUTTER narra la historia de dos personas, que podrían emprender y realizar perfectamente algo juntos, pero a quienes en Alemania no se les concede ninguna oportunidad. Las biografías de las figuras son en cuanto tales ficticias, pero sus rasgos son auténticos" (Jan Schütte).

Extraño e inexplorado es el mundo del cual informa Jan Schütte en su película de argumento primeriza, la cual estuvo precedida por una película documental de igual título. Ese mundo se encuentra en medio de la República Federal de Alemania. Un camarero chino pone en la calle a un paquistaní vendedor de rosas, echándole fuera de un restaurante chino. Shezad sonríe de nuevo, cuando por la noche topa a su amigo Rashid en el metro. Ambos se encuentran de vuelta a casa, de regreso a la residencia para peticionarios de asilo político. La economía de mercado libre y las reglas de la oferta y de la demanda tampoco allí se quedan ante la puerta: la cerveza y los cigarrillos cuestan más que la última vez; parece que algunos colegas aprenden más rápidamente que los dos paquistaníes. Y el alemán director de la residencia está dando ejemplos sagaces acerca de la forma de hacer dinero. En caso necesario, a costa de los extranjeros a quienes amenaza la expulsión del país. La búsqueda de una patria puede resultar cara. El jefe alemán de Shezad en el restaurante chino es un tipo repelente, distinguiéndose con ello solamente poco de eso que él cocina. El altruismo de Shezad motiva la amistad con Xiao: la solidaridad se presenta como el único camino para sobrevivir.

Al principio, lo que a Jan Schütte le interesaba no era el mensaje sino la observación. El no expone, narra. Cuando Rashid y Shezad se encuentran ante la ventanilla de la oficina de extranjería, el director de la película no denuncia al funcionario que está tras el cristal, sino que se limita a mostrar el mecanismo que éste aplica: una burocracia sin alma que, incomprensiblemente, funciona.

Cada plano del filme vive de esa mirada precisa de la que resulta un cúmulo de detalles, que un realizador algo menos atento apenas vería. En el cine alemán solamente Fassbinder ha mostrado en los últimos tiempos poseer una atención similar y un afecto intenso por las figuras. Esto se refleja también en el lenguaje. Los idiomas extranjeros permanecen como idiomas extranjeros, sin traducción, sin subtítulos. Los extranjeros pueden mantenerse como extranjeros aunque hablen en alemán. Los actores --los extranjeros los trajo Schütte de Londres-- han aprendido un poco de alemán, recibieron sus diálogos en alemán y luego fueron traducidos al alemán: nunca antes se había oído en los cines de Alemania este galimatías con tanta autenticidad. Y de esta manera se comprende inmediatamente lo que significa que Xiao tenga que aprender en un curso de idioma conceptos como "Hackfleischverordnung" (reglamento referente a la carne picada).

Schütte, su coguionista Thomas Strittmatter y su operador Lutz Konermann poseen una instintiva y segura economía en la aplicación de sus recursos. Hamburgo aparece frío y sombrío, pero en ningún momento potencia el realizador tal impresión con efectos artificiales. Y en medio de esta triste ambientación se ve una sonrisa; en medio de esta desesperanza refulgen momentos de esperanza que hacen sentir dolorosa y definitivamente la tristeza del final. Para Shezad, Xiao y los otros la felicidad se reduce a ser una ilusión del instante presente, apenas poco más duradera que el tiempo de obturación de un fotomatón, en el cual los dos paquistaníes se fotografían juntos con una joven alemana. De este modo, son expulsados de un paraíso que no lo era, pero que ellos podrían haberlo hecho para sí.

"Yo quise hacer un filme, tan sencillo y simple como fuera posible, en el cual los hombres ocuparan el punto central. Alemania es un país rico, que se comporta despiadadamente con los refugiados de los países pobres. No se tiene ninguna consideración y no se conocen sus destinos. Tal vez DRACHENFUTTER, por mediación de la poesía, pueda contribuir a pintar otro cuadro" (Jan Schütte). El realizador puede haber querido provocar una réplica con estas declaraciones, pero precisamente esta provocación debiera servir de motivo para discusiones reveladoras.

Hans Günther Pflaum


Ciclo realizado con el apoyo del Goethe-Institut Buenos Aires.

Temporada IX / Función 189
Cineclub La Rosa
Austria 2154

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