lunes, 7 de agosto de 2017

Trabajo ocasional de una esclava

Comenzamos el ciclo dedicado a Alexander Kluge con una película que habla del rol de la mujer, el aborto y la sociedad. Proyectada en 16mm gracias al Goethe-Institut, se verá el miércoles 9 de agosto en nuestro nuevo horario de las 20:30. Como siempre, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.


Miércoles 9 de agosto - 20:30 horas
TRABAJO OCASIONAL DE UNA ESCLAVA
(Gelegenheitsarbeit einer Sklavin, Alemania, 1973, blanco y negro, 91 minutos)
Dirección y guión: Alexander Kluge
Dirección de Fotografía: Thomas Mauch.
Montaje: Beate Mainka-Jellinghaus.
Elenco: Alexandra Kluge, Franz Bronski, Sylvia Gartmann, Traugott Buhre, Ursula Dirichs, Walter Flamme.


Roswitha Bronski, casada, con tres hijos, regenta una consulta médica de abortos, con el fin de alimentar a Franz, su marido estudiante, y "poderse permitir algunos niños más". El realizador muestra en el mismo comienzo del filme con chocante exactitud las actividades de Roswitha, pero el problema del aborto no es el tema de la película. Kluge analiza en el caso de Roswitha Bronski el papel de la mujer en la familia, en la sociedad.

Su protagonista tiene que afrontar pronto dificultades crecientes: el ginecólogo Dr. Genée, que le envía clientas, no quiere pagarle su comisión; una competidora, la "mayor productora de angelitos de la ciudad", la denuncia a la policía. Franz Bronski es detenido y clausurada la consulta de su esposa. Con el fin de poder eliminar las huellas de su actividad, rompiendo los sellos sin delinquir, Roswitha deja que un perro abra la puerta. Cuando Franz sale de la cárcel resuelve ella abandonar su oficio y dedicarse a actividades sociales y políticas. Su marido es ahora quien tiene que sostener a la familia y asume un empleo en la empresa Beauchamp & Cie.


La exposición de Alexander Kluge es un homenaje al cine: 'Roswitha siente en su interior una fuerza enorme, pero sabe por las películas que existe también realmente ese vigor'. Sigue luego un fragmento de una película revolucionaria rusa, Tschapayew, de Georgi y Sergei Wassiliew, uno de los filmes predilectos del director, que pudiera ser también una de las películas preferidas de la protagonista, la cual un día se dispone con extraordinario entusiasmo a cambiar la sociedad. Para el cineasta Alexander Kluge, e igualmente para su protagonista, los sueños, filmes, ideas y ideologías tienen el mismo valor que la realidad; más aún, son incluso más originales que la realidad misma, pues la realidad no es un 'estado natural', nada dado a priori, sino algo conformado por las percepciones y las ideas. 'El estado natural es ideología, sueños' (así lo dice Alexander Kluge en una entrevista a Ulrich Gregor, en 1976).

Sin embargo, hay que relativizar tal idea; a la secuencia inicial sigue luego en Trabajo ocasional de una esclava una cita de Friedrich Engels, que dice: "Todo lo que los hombres ponen en movimiento tiene que pasar por su cabeza, pero dependerá en muy gran medida de las circunstancias qué configuración adopta en esta cabeza". Kluge observa el plan de cambios de su protagonista con una actitud absolutamente crítica. La luchadora solitaria Roswitha Bronski fracasa no sólo ante los poderes fácticos, también a causa de su propio proceder desplanificado, de su deficiente "conciencia teórica", pero ante todo por el hecho de que su movimiento contestatario se pone en marcha en el lugar equivocado.


Trabajo ocasional de una esclava es un típico rompecabezas de Kluge formado con escenas de interpretación dramática, tomas documentales, imágenes de siluetas recortadas en cartulina, reprografías de antiguos dibujos, citas de películas, comentarios humorísticos y textos intercalados. Y sólo aparentemente se pueden ensamblar con mayor facilidad en esta película las distintas partes de este rompecabezas que en otros filmes posteriores del mismo realizador. Roswitha Bronski es un personaje contradictorio: en casa es un ser oprimido por su esposo patriarcal y sus hijos tiranos, que no se atreve a sublevarse; en cambio, fuera es una luchadora. Y a veces se tiene la impresión de que esta mujer siempre ajetreada, que solamente es capaz de ordenar sus diversas actividades con ayuda de una lista, planifica sus acciones con un exceso de exactitud. Así, por ejemplo, en aquella escena en la cual deja que el perro abra la puerta sellada de la consulta. En el fondo, esta contradictoria Roswitha es una figura artificial, mediante la cual el director quiere articular sus críticas a la izquierda: concretamente a su tendencia a no solucionar los problemas allí donde surgen --en la esfera privada, en la familia-- sino en su proclividad a proyectarlos hacia fuera, es decir "a solucionar en China un problema, que es actual en su propia cocina".

Kluge comenta irónicamente en el filme la decisión de Roswitha de dedicarse a actividades políticas: "Dame un punto de apoyo fuera de la familia y cambiaré el mundo". Es indudable que está justificada la crítica del realizador y su exigencia a mostrarse más pacientes y a conceder mayor atención a los problemas pequeños, privados, pues tras esto no se oculta de ningún modo una actitud resignada, derrotista, como se le ha achacado a veces, principalmente por parte feminista, sino por el contrario, la aspiración a contemplar políticamente la vida privada. Sin embargo, ¿por qué no debería conseguir propiamente la enérgica Roswitha Bronski cambiar su situación familiar?

Trabajo ocasional de una esclava es una película plena de contradicciones, cargada de preguntas sin respuesta, pero es igualmente una película humorística, cómica, que sigue estimulando todavía la fantasía y la reflexión del espectador.

Annette Meyhöfer


Proyección en 16mm gracias al Goethe-Institut Buenos Aires. 

Temporada XI / Función 214
Cineclub La Rosa
Austria 2154

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