sábado, 11 de octubre de 2014

Imágenes del mundo y epitafios de la guerra

Segunda función del ciclo dedicado a Harun Farocki, con proyección en 16mm gracias a la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires. Será el miércoles 22 de octubre a las 20:30 horas, con entrada libre y colaboración voluntaria en Austria 2154.


Miércoles 22 de octubre - 20:30 horas
IMÁGENES DEL MUNDO Y EPITAFIOS DE LA GUERRA
(Bilder der Welt und Inschrift des Krieges, Alemania, 1988, color / blanco y negro, 75 minutos)
Dirección, guión y producción: Harun Farocki.
Dirección de Fotografía: Ingo Kratisch.
Montaje: Rosa Mercedes (Harun Farocki).
Sonido: Klaus Klingler y Gerhard Jensen.
Narración: Ulrike Grote.


Un ensayo constatado con la cámara acerca de la conexión entre la percepción y la producción industrial. La película se centra en la fotografía y en la aplicación de imágenes, así como en la cuestión del efecto de la guerra en la realidad reproducida. En abril de 1944 unos pilotos americanos efectúan tomas aéreas de las factorías de Buna sin percatarse de que también habían fotografiado el campo de concentración de Auschwitz. Estas tomas aéreas no se valorarían correctamente hasta 1977. Ganadora del German Film Critics Award al mejor documental.


Una película ensayista sobre la percepción, aclaración e ilustración. En las imágenes de un canal de olas artificial en Hanóver, con el cual se estudian científicamente los movimientos del agua, el director de escena monta una frase programática: "Al romperse las olas del mar en la orilla, irregularmente, no sin desorden, entonces este movimiento cautiva la vista, pero sin encadenarla, y pone los pensamientos en libertad."

"Reconocimiento, esto es una palabra en la historia intelectual", dice Farocki. El informa sobre el origen del procedimiento de fotogrametría en 1858: un método para determinar las dimensiones de edificios con la ayuda de fotografías. El Ministerio de Guerra prusiano mostró su interés - la nueva tecnología se impuso muy pronto. "Ver mejor", se dice, "es el lado opuesto del peligro de muerte". Se ven fotos de un álbum de 1960, retratos de mujeres argelinas que fueron fotografiadas por primera vez en su vida para la elaboración de tarjetas de identidad - sin velos.

"Reconocimiento, esto es una palabra en el lenguaje militar", siguen diciendo. En abril de 1944, unos pilotos estadounidenses habían tomado vistas aéreas de las fábricas Buna sin saber que también habían tomado fotos del campo de concentración de Auschwitz. Recién en 1977 se evaluaron de nuevo las fotos. En la Segunda Guerra Mundial se empezó a instalar cámaras en los bombarderos que estaban destinadas a controlar la eficacia de los ataques. Sin embargo, se tenía que aprender a "leer" las reproducciones tomadas desde la perspectiva a vista de pájaro, y desarrollar técnicas para una evaluación automática. Pues, según Farocki, se produjeron "más fotos del mundo, de las que podían ser evaluadas por los ojos de los soldados."

"Reconocimiento, esto es una palabra en el lenguaje policíaco." Las fotos almacenadas se registran como datos. Farocki se remite a las tentativas en ambas guerras mundiales de falsificar el recocimiento del enemigo. El informa sobre dos detenidos quienes consiguieron huir de Auschwitz; inútilmente intentaron dar a conocer públicamente la verdad sobre el campo de concentración.

El punto central de este ensayo cinematográfico es una sola fotografía. "Una mujer acaba de llegar a Auschwitz; la cámara fotográfica la ha registrado en movimiento. La mujer sabe captar esta vista fotográfica con la posición del rostro y pasar la vista de sus ojos poco más allá del objetivo. En un bulevar, un señor que le diera una mirada a la mujer, lo miraría ella apenas de reojo por el escaparate. Con esta mirada de reojo intenta ella imaginarse en un mundo con bulevares, caballeros y escaparates, lejos de aquí. El campo de concentración, dirigido por la SS, la debe arruinar, y el fotógrafo, que eterniza su belleza, pertenece a la misma SS; como la colaboración, protección y destrucción. Los nazis habían tomado realmente fotografías en Auschwitz. Dos hombre de la SS tenían la misión de documentar el campo de concentración. Estos habían eternizado el instante en que se le trajo a la mujer al campo. ¿Cómo tratar estas fotografías? La SS había tomado esta foto; la cámara fotográfica pertenecía al equipo del campo de concentración. ¿Cómo mostrar esta foto y, al mismo tiempo, poner entre comillas? (Harun Farocki)

Varios temas principales atraviesan la película: una máquina que dibuja el alzado de una fachada según el modelo de una fotografía; escenas de un estudio en el cual se dibuja una modelo desnuda; una fotomodelo cuyo rostro está maquillado para tomarle una foto. Aquí se trata siempre del problema de autenticidad de las fotos y su comprobabilidad. ¿Qué es lo que puede ver el objetivo de la cámara que no puede ver el hombre? ¿Dónde están los límites entre fotos y datos? "La policía", dice Farocki refiriéndose a ello, "no sabe lo que es eso, la foto de un hombre."

Constantemente le sigue el rastro el director de escena a las conexiones entre los inventos civiles y su utilización militar: el método fotogramétrico o el método de la "impresión metálica" con el cual se reprodujeron vasos, pero también faros pilotos, o las "fotos térmicas" de la cámara infrarroja. Los ejemplos confirman la tésis de Farocki de las conexiones entre la técnica, la industria y el armamento. Una conexión que, según el productor cinematográfico, trae consigo una consecuencia cultural importante: la producción bélica, dice él, es una producción en masa y significa por ello la muerte de los pequeños talleres.

De ese modo, las imágenes del mundo llevan en sí la inscripción de la guerra. Las vistas aéreas de las fábricas Buna incluyen fotos del campo de concentración; las escenas del aterrizaje de un avión, tomadas en un simulador de la Lufthansa, pueden convertirse unitariamente en imágenes similares con fines militares.Qué tan actual es esta película ensayista, lo confirmó en 1991 el reportaje de televisión sobre la Guerra del Golfo: para controlar los aciertos se instalaron cámaras electrónicas en los misiles teledirigidos de los aliados - y la parte contraria utilizó constantemente imitaciones para engañar a los agresores, que fueron bombardeadas en lugar de los aviones y tanques reales. Ante este fundamento se hace también más plausible el giro que reproduce la película al final. Si en Auschwitz, dice Farocki, se han descuidado intervenir a tiempo, entonces hoy se deberían bloquear los accesos a los cohetes atómicos.

Hans Günther Pflaum


Este ciclo cuenta con la colaboración del Goethe-Institut Buenos Aires.

Temporada VIII / Función 170
Cineclub La Rosa
Austria 2154

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